La velocidad es un factor que contribuye a una mayor ocurrencia de las colisiones de tránsito, incrementando el riesgo de lesión grave y muerte de los ocupantes de un vehículo. El aumento de 1 Km/h en la velocidad de un vehículo provoca un aumento de 5% en las colisiones mortales. El exceso de velocidad se produce cuando un vehículo circula a una velocidad mayor que la indicada para una vía de tránsito determinada. Por velocidad inadecuada se entiende la de un vehículo que circula a una velocidad permitida, pero que no condice con las condiciones imperantes en la vía, como el flujo vehicular o el clima reinante. Las bajas velocidades son igualmente riesgosas. La relación entre la velocidad y la gravedad de las lesiones es mayor para los usuarios vulnerables: peatones, ciclistas, motociclistas, niños y ancianos. El riesgo de muerte de un peatón adulto es del 60% cuando es atropellado por un automóvil que se desplaza a 80 Km/h. Los objetos que van sueltos dentro de un vehículo pueden convertirse en proyectiles mortales al producirse un choque o una frenada, por ejemplo, a 50 Km/h un bolígrafo de 25 grs. pasa a pesar 1,4 Kgs., un celular de 110 grs. pasa a 6,2 Kgs. y un perro de 20 Kgs. se convierte en un proyectil de 1.093 Kgs. Por eso es recomendable que los objetos vayan sujetos o guardados en la guantera o en la valijera, de tal forma que los mismos no provoquen daños a los pasajeros. Otra cuestión relacionada a la velocidad es que, a medida que ésta aumenta, el conductor de un vehículo experimenta una visión túnel, por la cual solamente visualiza un ángulo frontal cada vez menor, perdiendo su visión periférica. A 35 Km/h el ángulo visual de un conductor es de 105º y a 140 Km/h es de 30º. La distancia de seguridad también está vinculada a la velocidad, ya que cuando ésta es mayor, la distancia que se necesita para detener el vehículo es mayor. Por ejemplo, cuando un vehículo circula a 50 Km/h en pavimento seco y frena, recorre 14 metros antes de que su conductor reaccione ante el riesgo (distancia de reacción), y un total de 27 metros antes de detenerse completamente (distancia de frenado). A 80 Km/h, la distancia de reacción aumenta a 22 metros y la distancia de frenado alcanza los 57 metros, antes de que el vehículo se detenga totalmente. Otros factores que influyen sobre la velocidad de circulación vehicular son la promoción de la educación vial, las señalizaciones de los límites de velocidad, la concentración de alcohol en la sangre del conductor, la aplicación de las leyes y sanciones; las condiciones del tránsito y de la vía; los factores de un vehículo como su potencia y su velocidad máxima; y, la edad y el sexo de los conductores, siendo los varones jóvenes los más propensos a exceder la velocidad máxima y, por ese motivo, los que más figuran en las estadísticas de colisiones relacionadas con la velocidad. En el Reino Unido la velocidad es responsable de un 28% de las colisiones mortales y en Estados Unidos representan el 20%, mientras que en Paraguay no existen estudios con conclusiones relevantes al respecto. De todo lo enunciado en el presente artículo, podemos concluir que el exceso de velocidad en la conducción puede acelerar el tránsito al más allá, por lo tanto, seamos prudentes y moderados a la hora de pisar el acelerador de un vehículo, y más aún al conducir una motocicleta, en donde sus pasajeros están expuestos a un mayor riesgo de mortalidad y a sufrir lesiones secuelares graves.